Reflexionamos sobre las consecuencias del cambio de política de Nintendo y el lanzamiento masivo de títulos en la eShop de Nintendo Switch.
La eShop de Nintendo Switch se ha convertido, con el paso de los años, en el escaparate perfecto para miles de estudios. Algo que nos ha llevado, junto a la explosión indie, a disfrutar de grandísimos títulos, pero que también arrastra un grave problema, la saturación. Y es que a la existencia en dicha plataforma de juegos y apliciones de dudosa calidad y/o utilidad se suma, y esto es una reivindicación casi histórica por parte de muchas desarrolladoras, el casi nulo control de calidad llevado a cabo por parte de los de Kioto.
Muchos de nosotros venimos de una época en la que los videojuegos no copaban la actualidad informativa. Es más, se trataba de un producto de entretenimiento que para muchos resultaba residual. Esto nos llevó a vivir unos lanzamientos realmente espaciados en el tiempo, pudiendo disfrutar cada título de principio a fin.
En la actualidad, ello ha sido sustituido por toneladas de contenido que, por si fuera poco, va mucho más allá de los videojuegos. Esto, que podría entenderse como algo positivo, ha desembocado en la proliferación, en ocasiones a precios desorbitados, de aplicaciones como una calculadora, un xilófono o incluso un bloc de notas.
“De gustibus non est disputandum”, equivalente actual de para gustos hay colores, es una de esas frases que me han acompañado durante toda mi vida. No obstante, y ello se aplica perfectamente a la eShop de Nintendo Switch, el dilema llega cuando la oferta cromática cuenta con sonadas ausencias. Y es que hablamos de un problema, ya estructural y casi endémico, que no solo reside en que Nintendo permita, sin filtro alguno aparente, la llegada a su tienda digital de juegos y aplicaciones de dudosa calidad.
El verdadero problema surge cuando a ello se suma la ausencia de otras utilidades que si resultan tremendamente demandadas en la actualidad. A la cabeza me vienen servicios de streaming, que si han estado (alguno) disponibles en plataformas como WiiU y 3DS, tan populares como Netflix o HBO. No obstante, y a pesar de sí contar con aplicaciones como Youtube, el listado podría extenderse casi hasta el infinito.
Parece, en definitiva, que el cambio de política de Nintendo, subiendo el listón y permitiendo el lanzamiento de más de 20 títulos semanales en la eShop de Nintendo Switch ha acarreado, y a las pruebas me remito, no pocos inconvenientes que, por desgracia, no sirven para suplir las carencias de un sistema que pide un cambio a gritos.