Análisis – Spiritfarer (Nintendo Switch)
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Análisis – Spiritfarer (Nintendo Switch)
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Análisis – Spiritfarer (Nintendo Switch)

¿Y si te encomendasen la tarea de llevar a los difuntos al otro lado? ¿Serías capaz? ¡En nuestro análisis de Spiritfarer puedes descubrirlo!

Todo aquel que sepa algo de mitología griega, aunque sea de oídas, conoce el nombre de Caronte. El temible barquero de Hades, encargado de transportar las almas de los difuntos a cambio de un óbolo, una antigua moneda de plata que se introducía bajo la lengua de los muertos en la Antigua Grecia para que pudiesen cruzar al otro lado. Y es que la premisa de Spiritfarer, juego del que hoy os queremos realizar un análisis, abre con este personaje… Jubilándose, y dando paso a una simpática sucesora que cambiará las cosas para siempre.

Este es nuestro análisis de Spiritfarer, el último juego del estudio canadiense de Thunder Lotus donde nos tocará encarnar a Stella. Una joven que, con la ayuda de su gato Daffodil, se verá encargada con la dura tarea de sustituir a Caronte cuando éste decide que ha llegado su hora… Trabajo que no resultará nada fácil por los extraordinarios habitantes que pueblan el mundo del juego. ¿Creéis que nuestra protagonista y su gato podrán dar la talla? ¡Seguid con nosotros para averiguarlo! Porque aquí comienza nuestro paseo en barca por Spiritfarer.

Una labor sacada de otro mundo

Ante todo, Spiritfarer es una aventura muy centrada en la gestión de recursos. Empezaremos el juego con un barco de buen tamaño, pero vacío, y un artefacto que nos lega Caronte, la luz eterna, que es capaz de transformarse en toda clase de herramientas que podamos llegar a necesitar. Solo con eso, tendremos que ingeniárnoslas para ir llenando nuestro barco de personajes que están a punto de cruzar al otro lado, así como de instalaciones para poder suplir sus necesidades y, de paso, darnos más cosas para hacer.

Pescar todo tipo de peces, buscar materiales en islas, o tocar música a las plantas que sembremos para que crezcan más rápido serán solo algunas de las actividades que tendremos que llevar a cabo en el juego, con el objetivo de estrechar nuestros vínculos con los personajes que vayan visitando nuestro barco. Éstos nos ayudarán a cambio de que los tratemos bien, y nos irán encomendando misiones a cumplir. Todo ello, para acabar confiándonos sus preciados óbolos, que en el juego podremos usar como monedas de cambio para desbloquear nuevas habilidades para nuestra protagonista, como el doble salto, que nos permitirán seguir avanzando en la historia.

En su premisa, Spiritfarer no deja de recordarnos a otros juegos como Necrobarista, donde también nos encargábamos de guiar a almas perdidas al más allá, o incluso a obras de animación como Death Parade, más por temática, o a las películas de Studio Ghibli, por el precioso estilo de su apartado artístico. Sin embargo, lejos de sus posibles influencias, Spiritfarer es un juego que es capaz de brillar con luz propia, contando una hermosa historia sobre la aceptación de la muerte y la importancia del amor.

La llegada del último viaje

Análisis de SpiritFarer

Como os contábamos, la mayor parte de la acción de Spiritfarer tendrá lugar dentro de nuestro barco, el cual se irá haciendo cada vez más grande a medida que construyamos nuevas facilidades, que pudiendo colocarlas donde queramos, irán desde una casa de invitados, pasando por una cocina o incluso llegando a un huerto de verduras. Sin embargo, dicho barco también nos servirá como medio de transporte por el extenso mapa del juego, compuesto por un gran mar con todo tipo de islas a explorar: en algunas podremos recoger recursos, mientras que en otras, más elaboradas, nos encontraremos con nuevos personajes.

Los viajes en el juego serán en tiempo real, lo que nos permitirá realizar de mientras todo tipo de actividades entre viaje y viaje para matar el rato. También, mientras naveguemos, se llevarán a cabo eventos que suceden de forma orgánica, como cazar rayos cuando hay tormenta, enfrentarnos a un dragón, o intentar atrapar medusas cuando asolan nuestro barco. En ese sentido, no hemos podido evitar pensar en el sistema de exploración del mapa del juego como algo similar a lo que habíamos vivido con el Mascarón Rojo en The Legend of Zelda: The Wind Waker, permitiéndonos maravillarnos con los descubrimientos que vamos haciendo a medida que destapamos los secretos que oculta el mapa.

Algo familiar…

Análisis de SpiritFarer

En el juego, también estará muy presente un ciclo de días y noches, dándonos la opción de irnos a dormir cuando anochece, así como la obligación de tocar una campana cada mañana para que los huéspedes de nuestro barco se despierten y comiencen con su día. Y hablando de nuestros huéspedes, como os adelantamos, éstos serán otro de los puntos centrales de la aventura, ya que nos ayudarán en nuestros quehaceres y serán el principal impulsor de la trama.

Conforme vayamos avanzando en el juego, iremos viendo cómo nuestro barco es visitado por más y más personajes de todo tipo, cada uno con sus propias personalidades y preferencias. Nosotros, como protagonistas encargados de hacer su viaje lo más llevadero posible, tendremos que intentar hacer que se sientan cómodos: alimentándolos con comida que les guste, cumpliendo con lo que nos encarguen, o incluso dándoles abrazos si necesitan de apoyo. En otras palabras, el juego nos invita a crear un vínculo agridulce con personajes que sabemos que, más pronto que tarde, tendrán que abandonarnos para siempre. Ya que, la propia razón de que estén montados en nuestro barco, es que han muerto y están a punto de pasar al más allá. Todo muy poético.

Cuadros en movimiento

Análisis de SpiritFarer

Algo en lo que realmente destaca Spiritfarer es en su apartado artístico, y es que aún siendo un juego desarrollado por un pequeño estudio canadiense, no podemos dejar de pensar en la belleza de todos sus paisajes, con un diseño de personajes variado y carismático que nos recuerda bastante al de otros títulos de su estilo, como Forgotton Anne. Todo en el juego cobra vida a través de sus ilustraciones, y nos traslada a un mundo mágico con mucho color. Sin duda, resulta curioso que un juego que hace hincapié en recordarnos que somos el emisario de la muerte, insista tanto en ser precioso y en estar tan lleno de vida.

Por otro lado, el apartado sonoro tampoco está nada mal, y es que la banda sonora del título casa perfectamente con la historia que quiere contar, y las sensaciones que quiere transmitir. Si a todo eso le sumamos la traducción al castellano, que fue introducida recientemente, nos queda un título redondo en lo audiovisual, que no tiene nada que envidiarle a otros proyectos de grandes dimensiones en cuanto a belleza de lo que nos quiere mostrar, salvando quizá un doblaje algo ausente.

Por si todo esto fuera poco, el juego también cuenta con cooperativo local para hasta dos jugadores, donde el segundo jugador podrá manejar a Daffodil, el gato de Stella, que tendrá el poder de ayudarnos en toda clase de tareas salvo hablar con los personajes, ya que, bueno… Es un gato. Lastimosamente, los modos en línea brillan por su ausencia, pero a fin de cuentas, estamos ante un juego que también se puede disfrutar muchísimo por cuenta propia.

Aceptando el fin

Como conclusión de nuestro análisis, os podemos afirmar que Spiritfarer es un juego duradero y con una buena cantidad de contenido. Su trama principal puede terminarse en unas cuarenta horas, pero, debido a su ritmo pausado, es un título que se disfruta mejor a pequeños sorbos. Y es que, como en otros tantos juegos donde la gestión juega un papel importante, como es el caso de Stardew Valley o Animal Crossing: New Horizons, Spiritfarer brilla más cuando se juega en sesiones de corta duración que evitan que nos podamos saturar.

Su historia sobre aceptar el fin de la vida, su jugabilidad variada con decenas de cosas por hacer y el sentido de aventura que nos colma cada vez que estamos a bordo de nuestro barco son algunas de las cosas que hacen a Spiritfarer un juego tan especial. Por supuesto, no es un título que os recomendemos si lo que estáis buscando es una buena dosis de adrenalina. Pero, si lo que queréis es pasar un buen rato, relajaros y conectar espiritualmente con sus personajes, entonces es ideal para vosotros. No os vamos a mentir, habrá que echarle algo de paciencia, pero al final merecerá la pena. Porque como siempre se suele decir, cuando todo acaba, lo importante no es el destino, si no el viaje que nos llevamos con nosotros. Y el que nos propone Spiritfarer, es simplemente precioso.

Si os ha gustado el análisis de Spiritfarer, os recordamos que podéis echar un vistazo al top de Nintendo Switch desde aquí. Y recordad, ¡seguid al loro de la web y el canal para informaros de todo!

Análisis – Spiritfarer (Nintendo Switch)

81
Notable
Spiritfarer es una buena vuelta de tuerca al mito de Caronte, contando una historia tierna y cercana valiéndose de multitud de mecánicas de gestión de recursos y un apartado audiovisual de lo más encantador. Su ritmo puede que sea algo lento, especialmente al principio, pero es un juego muy relajante que no podemos dejar de recomendar.
Historia Valoración 4
Jugabilidad Valoración 4
Gráficos Valoración 4
Duración Valoración 4
Música y Sonido Valoración 3
Multijugador Valoración 2
  • Gran experiencia de gestión de recursos
  • Buena cantidad de cosas por hacer
  • Una narrativa tierna y entrañable
  • El ritmo peca de ser algo lento, sobre todo al inicio
  • En ocasiones, puede resultar algo reiterativo
  • Hubiese apreciado de cooperativo en línea
Archivado en:
Análisis
Redactado por:
Carlos Y. Serrano
subscriber de Nintendúo
¡Hola! Mi nombre es Carlos, aunque se me conoce por Piktendo, ¡y amo todo lo que tenga que ver con Nintendo, el anime, el cine y los juegos japoneses!
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