Project Zero: Maiden of Black Water llega a Nintendo Switch para celebrar el 20 aniversario de la serie, y nosotros lo ponemos a análisis.
Este año, la franquicia de Project Zero celebra su 20 aniversario, y por ese motivo, Koei Tecmo ha decidido hacer algo especial para conmemorarlo. En concreto, la compañía ha decidido resucitar el último juego de la serie, Project Zero: Maiden of Black Water, cuyo análisis hoy os traemos en su versión de Nintendo Switch.
El juego, que hasta el momento había sido uno de los pocos exclusivos restantes de Wii U, ahora espera ampliar su potencial al estar disponible en más plataformas. Por eso, viene acompañado de una mayor resolución y algo de contenido adicional que os detallaremos en nuestro análisis. Así pues, ¿estáis preparados para enfrentaros a vuestros fantasmas? Pues agarrad cualquier cámara que tengáis a mano, ¡porque comienza la aventura!
La historia del juego se ha mantenido intacta con respecto a la historia original, sin añadir nuevos capítulos o personajes. En esta entrega (la quinta dentro de la serie), nos trasladaremos al monte Hikami, un misterioso lugar lleno de misticismo en donde hace mucho tiempo se desarrolló una religión que hacía culto al agua. Precisamente, en este monte tuvieron lugar por esos tiempos un sinfín de incidentes macabros de categoría paranormal. El lugar ideal para pasar unas buenas vacaciones, ¿verdad?
Por cosas del destino, trasladándonos a la actualidad, nuestros tres protagonistas acaban en las entrañas de este escalofriante monte: Yuri Kozukata (una chica con un sexto sentido para ver fantasmas debido a una tragedia familiar), Miu Hinasaki (hija de Miku Hinasaki, protagonista original de la franquicia) y Ren Hojo (un prolífico autor que tiene sueños recurrentes con una chica de pelo blanco y ojos rojos…). Los tres, deberán ingeniárselas para hacerse paso en medio de un entorno que los supera: uno lleno de espíritus malignos que dan bastante mal rollo.
Así, con ayuda de la Cámara Oscura y una serie de poderes sobrenaturales, nos tendremos que hacer paso en un survival horror de corte bastante clásico donde la tensión se masca en el ambiente. Todo ello, con el fin de derrotar a Ose Kurosawa, la malvada doncella fantasmal que da nombre al título. ¿Nuestra recomendación? No jugar al juego al estar acabado de comer, ¡porque tiene escenas bastante intensas!
En su jugabilidad, Project Zero es un survival horror clásico con todas las letras, lleno de terror japonés de lo más puro. Tendremos que explorar escenarios la mar de oscuros y tenebrosos a lo largo de distintas misiones repartidas por diferentes capítulos, encontrándonos con todo tipo de fantasmas a los que podremos hacer frente sacando fotos con nuestra Cámara Oscura, que tendrá el poder de repelerlos y sellarlos.
Tal y como ocurría en Wii U, en Nintendo Switch podremos emplear el giroscopio de la consola para poder movernos como si estuviésemos empuñando una cámara de verdad. Un efecto muy bien conseguido que se ha trasladado a esta plataforma con soltura. Algo importante, ya que al fin y al cabo, es la mecánica que da personalidad al juego en esencia.
En esta entrega, además de la cámara, cada personaje de los tres jugables tiene sus propias habilidades únicas, lo que da algo de versatilidad a las situaciones que pueden sucederse en la aventura. Otra de las novedades que introdujo esta entrega fue la capacidad de esprintar. Los juegos de Project Zero tenían fama de ser muy lentos, por eso, esta característica fue muy bien recibida por la base de fans de la serie.
En resumidas cuentas, Project Zero: Maiden of Black Water no tuvo pretensiones de reinventar la rueda en su día. Es una entrega que supo introducir mejoras en su jugabilidad, con una historia muy en la línea del resto de las series. Un juego que no destaca, pero tampoco resulta un desacierto, siendo disfrutable en todo momento para aquellos fans de la serie, o esos que disfrutan del terror de estilo más oriental.
Si nos ponemos a incidir en las novedades de esta remasterización, además de una mayor resolución, nos encontramos con una nueva lista de fantasmas, controles adaptados y un modo foto revitalizado. Ahora, en cualquier momento (incluso cuando nos enfrentemos a fantasmas), podremos activar la cámara para colocar poses divertidas a los personajes, así como activar filtros y marcos para sacar la instantánea perfecta. En cualquier momento, tendremos a nuestra disposición un completo estudio fotográfico, ¡porque incluso en los sucesos más terroríficos se puede sacar belleza!
Otra novedad de esta versión es que, desgraciadamente, los trajes inspirados en personajes de Nintendo han sido completamente eliminados. Esto se debe, primero, a que Nintendo ya no distribuye el juego, y segundo, a que sale para otras plataformas además de Nintendo Switch (algo que era de esperar). Sin embargo, Koei Tecmo ha decidido compensarlo con otros trajes de cosecha propia, entre los que destaca uno inspirado en la protagonista de Atelier Ryza, que queda de lo más mono, la verdad.
Tal vez, uno de los puntos flacos de la versión de Nintendo Switch sea el rendimiento. Aunque la resolución sea mejor y el juego se vea de escándalo, hemos experimentado alguna que otra bajada de fotogramas que, si bien no termina de lastrar la experiencia, no tendría por qué acontecer, más tratándose de, como os hemos dicho antes, un juego que tiene sus orígenes en la Wii U.
Sin duda, Project Zero: Maiden of Black Water es una propuesta muy original. Una joya perdida de la anterior consola de Nintendo que merece ser vivida por todo amante de los survival horror. Porque sí, Resident Evil y Silent Hills están muy bien, pero Project Zero también mola mucho, y sabe cómo distanciarse del resto a golpe de foto. Por eso, se merece que más gente le dé una oportunidad a la serie, y este es un buen punto de partida.
Como última pega, debemos señalar, eso sí, su formato. El juego ha sido traducido al inglés, al francés y al alemán, quedando el italiano y el español fuera de los planes del estudio. Por si fuera poco, el juego no gozará de un lanzamiento en formato físico en Occidente, pudiendo adquirirse en exclusiva únicamente a través de la eShop de Nintendo Switch a un precio de 39,99 euros, cosa que no está mal si no se tiene en cuenta que pesa la friolera de 14469,00 MB, o lo que es lo mismo, casi 15 GB de memoria, una cifra bastante generosa.
Con todo sobre la mesa, el retorno de Project Zero con esta remasterización tiene sus luces y sus sombras. Se nota que tiene trabajo detrás, pero tratándose de un título de celebración, tal vez los fans esperaban algo más. A pesar de todo, es un juego que merece la pena apoyar, sobre todo para que sigamos viendo títulos originales de la serie en un futuro, ¡porque lo vale! Y porque dentro del terror japonés, Project Zero es de lo mejor que existe.
Si os ha gustado el análisis de Project Zero: Maiden of Black Water para Nintendo Switch, os recordamos que podéis ver el top completo de la consola en La Lista.