Kirby es un personaje que ha logrado colocarse como pieza clave dentro del imaginario de la Gran N, pero ¿está o no a la altura de Nintendo?
El lanzamiento de Kirby y la tierra olvidada en Nintendo Switch está a la vuelta de la esquina y con él regresa uno de los personajes más icónicos del mundo de los videojuegos. Y es que nuestro héroe más redondo e inocente supo hacer empatizar al instante al jugador con él gracias a unas mecánicas vistosas y a su fuerte personalidad alegre y valiente. No obstante, con su regreso también se reabre un debate de fondo que lleva bastantes años acompañándonos. ¿Está o no Kirby a la altura de Nintendo? Nos adentramos en la historia de tan peculiar personaje para ahondar sobre ello de una forma honesta y respetuosa, pero también sincera.
El popular personaje diseñado por Masahiro Sakurai (19 añitos tenía el creativo nipón cuando le dio forma) desembarcó por primera vez en una plataforma de la Gran N allá por el año 1992. Es decir, no se trata de un personaje tan antiguo en Nintendo como podrían ser Mario, Link o Samus Aran.
A pesar de todo, pronto se convirtió en un verdadero todoterreno. Plataformas, pinball o hasta lucha. Casi ningún género se le ha resistido. Logrando dar vida a una franquicia que va mucho más allá de los videojuegos. Varios mangas, serie animada propia y una amplia variedad de merchandising lo atestiguan. Por desgracia, Kirby siempre parece estar un paso por detrás del resto de sus congéneres nintenderos.
No vamos a negar que HAL Laboratory, empresa afiliada a Nintendo y responsables de la creación sagas como Super Smash Bros, trajo a Game Boy una entrega que marcaría un antes y un después. Kirby’s Dream Land fue capaz de llevar a tan querido personaje al foco de atención de Nintendo en su momento.
Absorbiéndonos, con permiso de las capacidades metamórficas, gracias a su principal habilidad. No hablamos de otra que de la posibilidad de aspirar enemigos y expulsarlos posteriormente a modo de arma arrojadiza. Además, en palabras del propio Shinya Kumazaki (actual director de los juegos), el parón de 11 años entre Kirby 64 (N64), lanzado en 2000, y Kirby’s Return to Dream Land para Wii de 2011 ha servido como impulso para sus siguientes entregas.
El diplomático americano, George Ball, sostenía que la nostalgia es una seductora mentirosa. Y puede que en el caso que aquí nos ocupa sea parcialmente cierto. Ya que la primera entrega de nuestro sonrosado amigo no ha pasado a la posteridad como la estrella más brillante. Puesto que, probablemente, comparta con títulos como Kirby: Planet Robobot (3DS), Kirby’s Adventure (Wii) o Kirby Super Star (Super Nintendo y DS), todos apostando por algún rasgo notablemente diferenciado, pero sin llegar a ser un “vendeconsolas”.
En el caso del juego de Nintendo 3DS, la propuesta evolucionaba gracias a la posibilidad de equiparnos con una armadura robótica que nos aportaba habilidades extra. Respecto a Adventure para Wii, la innovación (y el homenaje al juego de NES) dejaba paso a una apuesta respetuosa con la esencia original en la que, aprovechando las capacidades de la consola, se nos permitía jugar junto a tres compañeros. Para finalizar, Kirby Super Star de Super Nintendo y su posterior remake (Ultra) para Nintendo DS nos regalaron un juego que introducía por primera vez los gorros distintivos para identificar cada poder adquirido.
A pesar de todo, ninguna de sus entregas, y van alrededor de una treintena, ha logrado llegar a ser una obra maestra. ¿Sería tan difícil pedir un juego de Kirby a la altura del Mario, Metroid o Zelda de turno? Pienso que no.
Si atendemos a las notas otorgadas por Metacritic (tranquilos, solo nos serviremos de dicho portal como baremo orientativo) tenemos que remontarnos a Kirby’s Epic Yarn en Wii para ver la nota más alta con un 86. Algo que lo sitúa un paso por detrás del 97 alcanzado por juegos como The Legend of Zelda: Breath of The Wild, Super Mario Odyssey y el mítico Metroid Prime o del 96 obtenido por The Wind Waker.
Es más, y esto puede resultar chocante, para muchos la incursión más destacada del protector de Dream Land dentro del mundo de los videojuegos no es otra que su aparición como luchador en la saga Super Smash Bros.
A estas alturas, y con el 30 aniversario de la saga a la vuelta de la esquina, la conclusión parece meridianamente clara. Los juegos de Kirby, a pesar de hacer referencia a una serie y a un personaje tremendamente conocido, no están a la altura de los grandes lanzamientos a los que nos tiene acostumbrados la Gran N.
Y no. El problema no radica, ni muchísimo menos, en su escasa dificultad o en estar enfocados a un público infantil. Más bien en una falta de ambición que impide que nuestra bola rosa preferida logre protagonizar una verdadera obra maestra. Es decir, y que nadie malinterprete la intención de este artículo, la saga cuenta con títulos notables y todos ellos nos han ofrecido, a lo largo de los años, propuestas tan coloridas como entretenidas. Por desgracia, y a expensas de lo que nos depare el futuro en Pop Star, Kirby no está altura Nintendo.