Tras los anuncios de las fechas de lanzamiento de los juegos de Pokémon ¿sigue siendo posible la secuela de Breath Of The Wild en 2021?
¿No os ha pasado que en ocasiones se habla más de quién ha faltado a la fiesta que del anfitrión de la misma? Esa es la sensación que a algunos nos ha despertado los recientes anuncios de Pokémon en relación con el posible lanzamiento de Breath Of The Wild 2 para 2021.
Ante la falta de anuncios concretos para 2021 por parte de los estudios internos de Nintendo, más allá del remaster HD de Zelda Skyward Sword para el 7 de julio, la pista de lanzamientos de la gran N se hallaba en una incógnita, y hoy, Pokémon ha puesto las esquinas del puzzle a un calendario ilusionante pero aún oscuro.
Más allá de la fecha del 19 de noviembre para Perla Reluciente y Diamante Brillante, la cual era de esperar, nos ha sorprendido la fecha fijada para Leyendas Pokemon: Arceus, que se ha concretado en el 28 de enero de 2022. A partir de aquí podemos sacar varias conclusiones:
Sea la opción que sea, todas tienen su punto positivo y negativo. Al bueno de Link, en esta segunda opción, le tocaría estar en un sándwich entre dos juegos de Pokemon. No podemos saber qué franquicia fuera a salir mejor parada, pero que a Nintendo seguro que le iba a perjudicar en general.
Otra de las incógnitas presentes es la Nintendo Switch Pro, de la que no paran de llegar oleadas de rumores. Si las esquinas del puzzle serían estas primeras fechas de Pokémon, la nueva versión de la híbrida de Nintendo sería el centro del mosáico ¿saldrá acompañada de Leyendas Pokémon: Arceus para potenciarlo? ¿Se repetirá el mágico 2017 y veremos Breath Of The Wild 2 para marzo de 2022 junto con maquinita nueva?
Es buen momento para recordar las sabias palabras de Miyamoto: “Un juego atrasado eventualmente será bueno, pero un juego apresurado siempre será malo”. Quizás la mejor opción sea la primera, la de esperar, la de la calidad frente a la cantidad, algo que no combina muy bien con la insaciabilidad de una comunidad de jugadores que cada vez acostumbra a querer más, y eso no significa en absoluto “querer mejor”.
Fuente de la imagen 1 y 2