Ha tardado más de una década en que uno de los juegos más importantes llegue a Nintendo. Os traemos el análisis de Bioshock Collection para Nintendo Switch.
Ha tardado más de una década en que una de las franquicias de videojuegos más importantes de la historia llegue a una consola de Nintendo, pero no podemos estar más contentos: toda la saga Bioshock llega más completa que nunca a Nintendo Switch, siendo la primera versión portátil dentro de las consolas, y trayendo increíbles aventuras e historias a una consola que puede con lo que le echen, porque Bioshock y Switch hacen un combo perfecto. Os traemos el análisis de Bioshock Collection para Nintendo Switch.
En pleno apogeo de los videojuegos de disparos, Ken Levine y Bioshock llegaron dando un puñetazo sobre la mesa, demostrando que se puede ser muy diferente al resto innovando en géneros trilladísimos, utilizando un guión de película y pequeñas dosis de innovación en todos los apartados.
Bioshock es la historia de un faro, o de muchos, y cada uno de ellos representa un mundo. Rapture y Columbia son las dos ciudades donde ocurren los acontecimientos de este recopilatorio de Nintendo Switch. Ambas prometían una utopía que se convirtió en pesadilla, evocando y luchando por una libertad ideológica sin censura a su manera, y es que, como ocurre en la realidad, nada es perfecto aunque se intente.
En todos los juegos controlaremos a alguien que lucha, de una forma u otra, contra este sistema social, en un entorno increíble como puede ser una ciudad en el fondo del mar, o una ciudad en las nubes, recayendo el peso argumental sobre personajes secundarios, que en el fondo son los protagonistas.
Por un lado tenemos a Elizabeth, una joven con poderes sobrenaturales encerrada en Columbia. Por otro tenemos a Andrew Ryan, el creador de Rapture, posiblemente el personaje más importante de todo Bioshock, tanto por su complejidad como lo reflexivo que resulta para el jugador. Tenenbaun es su contraparte, y te enseña cómo una persona puede cambiar su forma de pensar, e intentar redimir sus pecados de la mejor forma posible. Sofia Lamb sale de la manga en la segunda entrega como la nemesis a batir, y es la nota discordante en el buen guión de esta saga.
Lo mejor de todo es que, en estas entregas, se proponen al jugador decisiones morales que influyen en la forma en que jugamos. Por ejemplo, podremos salvar o acabar con las pequeñas Little Sister para conseguir Adam. La decisión es vuestra, y la responsabilidad tuya de tomar el mal camino y convertirte en un monstruo sin corazón.
Personalmente la saga Bioshock puede presumir de tener uno de los mejores guiones de toda la historia de los videojuegos, y es maravilloso que cada vez más gente pueda disfrutar de ellos.
Bioshock fue de los primeros en desplegar toda la potencia y versatilidad del motor Unreal Engine 3, permitiendo tener el juego corriendo incluso en versión móvil en iOS. No nos extrañaba que pudiera hacerlo perfectamente en Nintendo Switch, y aunque Bioshock Collection sea un solo juego, 1, 2 e Infinite se han desarrollado por distintos estudios, con distinta experiencia en Nintendo Switch, y esto ha dado lugar a que la calidad de los tres ports sea diferente.
Evidentemente el más preocupante era la versión del último de ellos, Bioshock Infinite, que fue el que hizo sudar a sus consolas de origen, y que Nintendo Switch mueve sin despeinarse y sin tener ningún problema. Bioshock 1 y 2 han rebajado algunas texturas y reducido la resolución respecto a la versión que llegó a Playstation 4 y Xbox One. Porque efectivamente, la versión de Nintendo Switch se acerca mucho más a la de las consolas de sobremesa actuales que a las de anterior generación.
No se han podido alcanzar las 60 imágenes por segundo estables, o sí, pero el estudio de desarrollo decidió bloquear todas las versiones a 30 imágenes por segundo. Si lo han hecho ha sido porque ninguno de los juegos tiene problemas en correr a este rendimiento. Hemos visto caídas leves de framerate en los momentos de más estrés, con fuego, humo, explosiones o partículas que puedan rebajar el rendimiento. La optimización en Nintendo Switch la consideramos notable. Podría haber sido mejor, pero la experiencia jugable es totalmente satisfactoria, especialmente en modo televisor.
No podemos decir que Bioshock sea un juego de terror, ya que no lo pretende, pero si imbuirnos en una atmósfera incómoda y sangrienta. Las dos primeras entregas se fueron a lo fácil, llevándonos a una ciudad oscura en el fondo del mar, con un montón de localizaciones diferentes y ambientaciones que nos quitan el hipo. Mientras tanto, Infinite fue a lo difícil, para nosotros fracasando parcialmente en el intento: llevar la sensación agobiante y tensa de Rapture a Columbia desembocó en algo diferente, un entorno mucho más iluminado y abierto que choca enormemente con lo visto en Bioshock 1 y 2. Es un cambio absolutamente brillante, pero que no llegó al mejor de los puertos. Quizá fuera porque Rapture dejó el listón excesivamente alto, pero la variedad de entornos en Infinite deja un poco que desear.
Otro motivo que hizo diferente a Bioshock fue la forma diferente de tomarse la ambientación de un videojuego. Inspirado en los años 50 y 60, Rapture tiene la mejor ambientación que hemos visto nunca en un videojuego, ya sea por elementos como las cintas de radio, que cuentan de una forma diferente la historia, o por la genial selección de canciones, muy atrevida para tratarse de un moderno videojuego de disparos. En Bioshock Infinite esto se difumina un poco, ya que ocurre en unos alternativos años 30, con un entorno más orientado al excepcionalismo americano. Más a la ambición de grupo chocando con la gran cadena de Andrew Ryan.
El juego está en 7 idiomas, y podremos escuchar el genial doblaje tanto en español como inglés y otros idiomas.
Pero esta estupenda colección no es solo una cara bonita: Bioshock fue un soplo de aire fresco en el género shooter con la incorporación de una serie de poderes sobrenaturales, que se combinan de forma genial con las armas de toda la vida. Lo más especial creemos que es la interacción con todos los objetos del entorno. El agua sirve para conducir la electricidad. El fuego arderá con la gasolina, y el motor de físicas hará que todo tenga peso y se note consistente.
Las tres aventuras tienen una fórmula similar que funciona: avanzar por la ciudad de turno con un objetivo que va cambiando según continúa la trama. En ninguno de los tres juegos notamos que decaiga la potencia del argumento, ya que el objetivo cambia con frecuencia y nos mantiene siempre interesados.
Básicamente en Bioshock tendremos que abrirnos paso entre hordas de enemigos recorriendo las ciudades, acumulando recursos y potenciando al protagonista para hacerse cada vez más poderoso. Existe bastante libertad para dar forma a nuestro personaje, crear estrategias de combate únicas mezclando tanto los poderes de los plásmidos y vigorizantes como de las propias armas y nuestro movimiento.
A pesar de que los tres títulos son diferentes y cambia la forma en la que jugamos, se sienten como un todo, indudablemente de la misma saga, como ocurre por ejemplo con los juegos de Super Mario en tres dimensiones. Y esto nos gusta.
Podremos seleccionar la dificultad para que se ajuste a lo que esperamos de la aventura, haciéndolo más accesible a todo el mundo. Por supuesto los fans de los shooters también encontrarán en estos juegos retos realmente duros en sus modos más difíciles.
Cada uno de los tres juegos tiene una duración aproximada de 10 a 12 horas, incluyendo todos los contenidos descargables que pueden alargar su duración otras 20 en total.
Bioshock Collection para Nintendo Switch llega en versión física a la consola, con un cartucho único que nos permite descargar cualquiera de las tres aventuras, así que en realidad el juego no está en el cartucho, y es totalmente necesario conectar nuestra Nintendo Switch a internet.
Desde aquí recomendamos la compra digital de estos juegos, a no ser que lo quieras por la caja. El cartucho solo sirve para atarse a jugar con él metido en la consola, porque la versión digital adicional de la misma es obligatoria incluso para los que compren el formato físico. Entendemos esta situación ya que los cartuchos tienen un límite de espacio, y Bioshock Collection incluye tres juegos enormes con todas sus expansiones lanzadas hasta el momento.
Creemos que es la forma más completa de jugar la saga Bioshock, y disfrutarla con controles más o menos adaptados a un modo portátil. Hemos tenido mucha mejor experiencia jugando con un mando Pro de Nintendo Switch que en modo portátil, y la verdad nos ha decepcionado que no se haya incluido por el momento el control por movimiento, como si pasó con Borderlands Collection. Creemos que es una función que encajaría perfectamente en los tres Bioshock, y ayudaría a mejorar el sistema de control, el cual hemos notado un poco duro.
Se ha eliminado de esta versión los juegos multijugador online, que era muy divertidos pero que a estas alturas y en el mundo de Fortnite están un poco anticuados.
Llevamos más de una década soñando con poder jugar la saga Bioshock en una consola de Nintendo, pero nunca pensaríamos que se saltaría el paso de llevarlo a una consola de sobremesa, y tenerlo directamente en formato portátil en Switch. Nos parece un juego que se disfruta más en televisor, y se ha logrado una versión muy buena a nivel gráfico, pero en televisor luce aún mejor.
Con todo el tiempo que ha pasado desde que se lanzó por primera vez, podría caer en ese grupo de juegos que envejecen mal, pero no ha sido el caso. De hecho es uno de los ports a Nintendo Switch que mejor ha envejecido, que vemos como actual especialmente en modo portátil, y cuya historia te atrapa desde el primer momento.
Nos parece una oportunidad genial para revisitar Rapture y Columbia, y una parada totalmente obligatoria si no habéis tenido contacto anteriormente con la saga, y simplemente os gustan los videojuegos.
Tenéis más información sobre el juego y podéis adquirirlo en formato digital en su web oficial.
Podéis ver La Lista de Nintendo Switch al completo en su sección de la web.