Aprender a programar se vuelve una tarea divertida con Estudio de Videojuegos en Nintendo Switch, y os contamos todo sobre él en su análisis.
La concepción del entretenimiento es algo muy subjetivo, y por eso hay gente que disfruta leyendo notas científicas mientras que a otros les resulta una tarea pesada, por poneros un ejemplo. Aprender a programar videojuegos es algo tedioso, principalmente por el muro que supone tener las nociones básicas de lenguajes informáticos que son necesarias. Nintendo se ha propuesto derribar esa barrera y convertir un curso de programación, junto a su software, en un videojuego para Nintendo Switch. Con esta premisa nace Estudio de Videojuegos, la puerta de entrada al mundo de la creación y desarrollo de experiencias interactivas, de la mano de los creadores de Super Mario o Zelda entre otros. Ya hemos jugado Estudio de Videojuegos en Nintendo Switch a fondo, y os contamos qué nos ha parecido en nuestro análisis.
El desarrollo de un videojuego implica a un montón de personas expertas en diferentes disciplinas: dibujantes, guionistas, músicos y programadores entre otros, y Estudio de Videojuegos se centra en estos últimos para mostrarnos todo el trabajo que hay detrás de un simple salto de Super Mario.
No se trata de un duro y clásico curso de programación, donde nos enseñarían con precisión, por ejemplo, cómo funcionarían los sistemas de físicas e interacción entre elementos. Estudio de Videojuegos utiliza una interfaz de programación visual y agradable, cuyas variables y funciones tradicionales están personificadas por unos pequeños seres llamados Nodon.
Esto es algo “muy Nintendo”; el coger conceptos completos de programación y transformarlos en algo accesible y comprensible por todos los que quieran embarcarse en esta aventura educativa.
No es la primera vez que Nintendo nos da la posibilidad de crear nuestros propios videojuegos utilizando una interfaz visual. Más allá de Super Mario Maker y su creador de niveles de Super Mario en dos dimensiones, Nintendo Labo ya nos permitió crear algunas experiencias de forma muy similar a como lo hace Estudio de Videojuegos, pero en esa ocasión no teníamos una interfaz tan amigable, y el análisis del código, en ocasiones, era muy confuso incluso para expertos en programación.
Con Estudio de Videojuegos, Nintendo ha tomado la base de esa programación para decorarlo, que el análisis del código no se vuelva un infierno y aumentar sus posibilidades con nuevas funciones, nuevas variables y un montón de posibilidades que hacen que podamos crear experiencias personalizadas en Nintendo Switch. Existen las limitaciones que suponíamos, como la imposibilidad de cargar archivos de vídeo, audio o imagen propios, por lo que Estudio de Videojuegos se queda más como una herramienta para experimentar con la programación.
La parte que nos ha parecido más interesante son las lecciones que Nintendo ha preparado para la ocasión: los desarrolladores que han trabajado juegos de Mario, Zelda o Kirby han aportado su granito de arena para intentar enseñar, cual docentes en una clase virtual, cómo es su visión del desarrollo de videojuegos y cuales son las bases y trucos más importantes.
No es lo mismo comerte un pastel con una pinta terrible, aunque luego esté bueno, que desde el primer momento te entre por los ojos. Esto mismo debió de pensar Nintendo cuando se planteó crear un curso de videojuegos con forma de videojuego; la forma de presentarnos Estudio de Videojuegos no es “aprende las técnicas y base de su programación”, sino “diviértete programando”, y ya de paso aprendes todos los conceptos. Porque no es lo mismo que nos presenten la altura de un salto con la variable “h” que con el Nodon “Pepito”.
Estudio de Videojuegos es un software enfocado a todo tipo de jugadores, pero creemos que los que más pueden beneficiarse del mismo son los más pequeños, que pueden asentar las bases de una disciplina, para nosotros, muy útil en un montón de ámbitos. Esto se siente desde el primer momento en el que encendemos el juego, con un aspecto muy colorido para agradar a los ojos con más experiencia, y llamar la atención de los noveles.
Toda la programación se lleva a cabo a través de una interfaz gráfica que “conecta” las diferentes constantes y funciones que tendrá nuestro videojuego. Mucho mejor, aunque más limitado, que tener que meternos a picar código y pelearnos por saber dónde se nos ha escapado un punto y coma.
El juego tiene mucha personalidad, tomando como eje artístico el diseño de los muñecos de prueba cuadriculados y tridimensionales que pueden ser utilizados como personajes en nuestras creaciones. En este sentido, sigue mucho la estética de Labo VR, o incluso los títulos de Wii con los Mii como protagonistas y su aspecto sencillo pero atractivo.
Tal y como ocurría con los vídeos explicativos de Nintendo Labo, en Estudio de Videojuegos tendremos toda la información de las lecciones, paso por paso, para que podamos hacer un análisis de por qué se hacen cada uno de los movimientos en el código visual, y comprender cómo funciona una característica si modificamos partes en el editor.
La música y efectos de sonido durante la programación es nula o discreta, y las melodías de los propios mini juegos son bastante básicas, aunque podremos dar forma a las canciones eligiendo un estilo e instrumentos para que suenen. No podemos crear nuestra propia música, pero al menos no queda del todo mal.
Nintendo podía enfocar Estudio de Videojuegos a la creación y la diversión que supone probar nuevas experiencias interactivas, porque no resulta tan atractivo que nos presenten el juego como un curso de programación. Al final, y por suerte, esto solo se ha quedado en la parte de marketing, y Estudio de Videojuegos nos ha parecido una excelente puerta al mundo de la programación de videojuegos.
Lo que podría considerarse como un tutorial, se alarga durante toda la experiencia que nos ofrece el juego. En cualquier momento podemos comenzar un nuevo proyecto para intentar testar todo lo que hemos aprendido, y por qué no, derrochar un poco de creatividad e imaginación.
La parte gratificante, y esto es algo de lo que ha tomado nota Nintendo tras Super Mario Maker 2, es que la forma de introducirnos las lecciones está ligeramente camuflada en el propio juego, y nos las aprenderemos casi sin darnos cuenta: al final, Estudio de Videojuegos está creado para que sea divertido y entretenido aprender a programar.
Es posible usar las palancas o el control por movimiento como puntero en la pantalla, algo que nos ha sorprendido por su comodidad y fácil manejo. En modo portátil podremos también utilizar la pantalla táctil, que en combinación con los botones, hacen que el control sea fluido.
Tras haber hecho nuestras propias creaciones, creemos que es mucho más cómodo controlarlo en modo portátil. Es el primer juego de Nintendo Switch al que podremos conectar un ratón USB mediante el Dock de la consola, para que no sea un caos la programación con la interfaz gráfica en el televisor. En este sentido, se ha hecho una buena adaptación y mejora el manejo del control por mando de Nintendo Switch.
Además de las 7 lecciones y la guía de Alice, donde nos darán más detalles sobre los nodon, tendremos un completísimo manual que viene a ser la guía del lenguaje de programación de Estudio de Videojuegos. Dentro de sus limitaciones, veíamos necesario algo así, pero no esperábamos que fuera tan completo.
Entre lección y lección tendremos algunos desafíos que pondrán a prueba nuestros conocimientos, algo así como un pequeño examen que liberará un poco nuestra mente de las restricciones que parece poner el juego, y nos dará un punto de vista diferente.
Una vez acabemos con las lecciones, tendremos un montón de estos pequeño exámenes para superar, convirtiéndose el juego en una especie de puzzle en el que tendremos que comprender qué hace el código y arreglarlo con medios limitados. Podremos completar las lecciones en unas 7 u 8 horas, aunque como en todos los juegos de estilo creativo, el límite lo ponemos nosotros.
No nos ha gustado demasiado que Nintendo haya dilapidado la posibilidad de compartir de forma más libre el contenido creado por otros jugadores: Estudio de Videojuegos no cuenta con un sistema de búsqueda de creaciones en internet, lo que dificulta descubrir nuevos juegos de otros usuarios. Para descargarnos otras creaciones a través de internet, necesitaremos conocer el ID del juego o el ID del programador; unos códigos de identificación que servirían para poder explorar creaciones de otros usuarios, y que, como podréis imaginar, no son del todo cómodos.
También es posible transferir juegos de una consola a otra en modo local, aunque esta es una opción a la que vemos muchas menos posibilidades.
Destacamos que aunque todo tenga una textura por defecto, podremos modificarlas dibujando nosotros mismos un patrón como ocurre en Animal Crossing, y eligiendo dónde queremos ponerlo. Estamos deseando ver qué pueden hacer los jugadores con esta función.
Estudio de Videojuegos es “el videojuego” según Nintendo, con los conceptos básicos de programación simplificada, y que intenta buscar un equilibrio entre la sencillez y la complejidad que supone crear un videojuego.
Nos ha gustado cómo se han retocado los conceptos más complicados de entender en programación para que cualquiera, hasta los mas pequeños, puedan aprenderlos mientras se divierten.
Comete los mismos errores a los que Nintendo nos tiene acostumbrados, ya sea por lo poco explotado que podría estar el modo online, o decisiones de diseño que hacen que con juegos complejos sea difícil trabajar, además de no tener acceso a algunos parámetros que habrían sido muy interesantes.
Agradecemos la labor de Nintendo con Nintendo Switch para intentar inculcar algunas nociones básicas de programación a sus jugadores, desde los niveles de Super Mario Maker 2 a los experimentos con Nintendo Labo, terminando por este software educativo tan especial que es Estudio de Videojuegos.
Si os ha gustado el análisis de Estudio de Videojuegos para Nintendo Switch, no os perdáis su posición y el resto de análisis en La Lista.