¿Logra aprender del original? Te lo contamos todo sobre este precioso RPG en nuestro análisis de Octopath Traveler II.
Switch es la consola de los RPG. Las sagas de siempre han encajado con su formato y público, aunque las nuevas franquicias también han encontrado en ella el lugar ideal para labrarse un nombre. Octopath Traveler lo hizo en 2018 con esquemas propios del rol más tradicional tanto en forma como en mecánicas. Ahora le toca demostrar que tiene lo que hace falta para asentarse como otro referente del género con su segunda entrega. ¿Han logrado Acquire y el Team Asano refinar la fórmula? ¿Tiene Square Enix otro icono del rol entre manos? Te lo contamos en nuestro análisis de Octopath Traveler 2 para Nintendo Switch.
Para quien no conozca esta IP, Octopath Traveler coge su nombre de sus protagonistas, 8 viajeros cuyos caminos se cruzan por azares del destino y que acaban descubriendo que tienen un inesperado destino en común. Octopath Traveler 2 mantiene ese mismo esquema central para desarrollar su historia. Aunque se aleje de Orsterra para llevarnos al mundo de Solistia, vuelve a dividir su historia en 8 personajes con orígenes y naturalezas muy distintas.
Una cazadora, una boticaria, una bailarina, un clérigo, una ladrona, un guerrero, un comerciante y un erudito. Ese es el reparto principal que conocemos a lo largo de esta aventura y en el que profundizamos a medida que vamos descubriendo los misterios de la región. Porque es posible que cada uno tenga una misión diferente, pero tras el telón hay una serie de hilos que acaban uniéndolos a todos para enfrentarse a algo mucho más grande en común.
Lo cierto es que el grupo principal es muy variado y, aunque haya ciertos estereotipos bastante claros entre ellos, dan pie a situaciones muy dispares que se disfrutan al máximo cuando empiezan a cruzarse sus historias. No podemos negar que Temenos, el clérigo, está entre nuestros favoritos, pero Partitio (comerciante) y Throné (ladrona) no le andan a la zaga. Todos tienen algo que los hace interesantes en mayor o menor medida, y es eso, junto con el desarrollo de sus historias, lo que hace que cueste soltar el mando cuando llevas unas horas de juego.
Y decimos unas horas porque el arranque puede ser algo lento. Para desbloquearlos a todos es necesario vivir su primer episodio, conociendo su historia, los personajes que les rodean, sus motivaciones, sus habilidades y un largo etcétera. Es el único “pero” que se le puede achacar al ritmo del juego, aunque es un sacrificio necesario cuando hay tanto que contar y está tan repartido.
Uno de los grandes problemas del primer Octopath Traveler era la falta de conexión entre los protagonistas. Cada historia se desarrollaba de manera independiente, con cada personaje viviendo su historia como si los demás solo estuvieran para pelear. En este análisis de Octopath Traveler 2 debemos deciros que ocurre lo mismo durante la mayoría de episodios. Pero hay excepciones.
Una de las grandes novedades de esta entrega son sus Historias Cruzadas. Capítulos que se intercalan durante la aventura y que unen a varios personajes durante un tiempo. Es un intento de mejorar el desarrollo del primer juego que sirve, pero en el que echamos en falta una mayor profundidad. Al final, aunque haya conexiones e incluso charlas entre compañeros, se sigue echando de menos una mayor sensación de equipo durante el desarrollo de la historia.
Mientras sigues avanzando por los diferentes capítulos de cada personaje, que se abren ante ti al llegar a las ubicaciones marcadas en el mapa (aunque puedes visitar dichos lugares libremente, ya que el juego pregunta si quieres seguir la trama o no), entra en juego el otro pilar clave de Octopath Traveler 2: sus batallas.
El título no renuncia al lenguaje habitual de los RPG: sistema de equipo, habilidades adquiridas al subir de nivel, profesiones primarias y secundarias que se desbloquean con misiones especiales… Todo eso sigue presente, como en el primero, al igual que el sistema de Impulso y Ruptura del original. De forma similar a Bravely Default II, puedes potenciar tus habilidades o atacar más veces en un mismo turno usando PI, Puntos de Impulso, que se acumulan automáticamente tras cada turno.
El sistema de Ruptura también sigue ahí. Su premisa es muy simple: debes buscar el punto débil del enemigo usando las armas o los elementos que más daño le hacen. Acertar tiene doble recompensa, porque no solo haces más daño, también reduces su defensa hasta llevarla a 0, provocando así que quede aturdido y pierda un turno.
Dominar ambos elementos, el de Impulso y Ruptura, es esencial para salir airosos de los combates, aunque al principio sea algo azaroso al tener que adivinar las debilidades enemigas. Por suerte, no es lo suficiente complejo como para restarle encanto, y tardas poco tanto en entenderlo como en dominarlo, incluso llegas a intuir cuáles pueden ser las debilidades de un nuevo monstruo con solo verlo.
Si se quedara ahí, aunque funcionaría bastante bien, Octopath Traveler 2 sería demasiado cobarde. Por eso, añade como principal novedad a los combates el sistema de Potencial, una serie de habilidades especiales que se desbloquean cuando se llena un medidor que solo avanza al romper por completo la defensa enemiga o al recibir golpes.
Su combinación con el Impulso y la Ruptura es lo que permite lanzar los ataques más devastadores, y es lo que logra hacer que el sistema de combate de esta entrega sea bastante más profundo que la anterior. Es un elemento muy simple, pero uno con el peso suficiente como para cambiar el transcurso de un combate. Todo un acierto.
También influye muchísimo el papel de las habilidades personales de cada protagonista. Ahora, que se ha implementado un sistema de día y de noche (puedes alternar entre uno y otro pulsando el botón ZR), Octopath ha aprovechado para que cada uno tenga 2 habilidades de campo (Acciones de Senda) distintas. Así, por ejemplo, Ochette (cazadora) puede lanzar a los monstruos que captures durante las batallas a combatir contra los NPC de cualquier lugar; pero, por las noches, puede reclutar a los NPC ofreciéndoles comida, para que la ayuden a la hora de luchar.
Este elemento hace que todavía haya que sumar más factores a tener en cuenta porque, si no logras convencer a un NPC, te derrota o te pilla robándole, por ejemplo, eso afecta a tu reputación en la ciudad en cuestión y hace que te sea más difícil conseguir buenos resultados en el futuro. Esa reputación se puede recuperar pagando un precio, pero este castigo no es lo que realmente pesa al jugador. Lo que pesa es la repetitividad de las Acciones de Senda, ya que hay personajes que al final causan efectos parecidos sobre los NPC. Y es una lástima, porque podría ser algo que disparara las posibilidades jugables, y que ya fallaba en el primer juego.
Cualquiera de las imágenes que hayáis visto a lo largo del análisis, o incluso en los vídeos lanzados durante estos meses, dejan claro que Octopath Traveler 2 ha logrado dar un salto enorme a nivel gráfico frente a su primera entrega. La tecnología y el hardware son los mismos, pero se nota que el equipo domina más que nunca el estilo HD-2D que ellos mismos idearon.
Hay muchos más juegos de cámara tanto dentro como fuera de los combates, los efectos de partículas y de iluminación son soberbios y el efecto de profundidad nunca falla. En todo momento, parece que estés jugando con pequeños personajes de un enorme diorama repleto de vida pixelada. No hay montaña nevada, lago, cascada, desierto, cueva o castillo que defraude. Es sorprendente tanto en la pantalla de Switch como en el televisor.
Tampoco se queda para nada atrás en lo musical. Podemos decir sin miedo que no hay canción mala en este juego, de hecho, el despliegue de temas es más grande que el del primero, al contar con versiones diurnas y nocturnas para cada zona, ¡incluso para el menú! Su banda sonora es evocadora, nostálgica, sutil y directa cuando se la necesita. Octopath Traveler 2 es una auténtica delicia audiovisual.
Si bien la campaña principal de Octopath Traveler 2 puede alargarse hasta las 50 horas o más fácilmente, Solistia no se confirma con eso. Cada ciudad o pueblo que visites, hasta más de un camino, tiene un buen número de misiones secundarias que te obligan a explorar otros rincones del mapa o incluso ir en busca de toda clase de desafíos.
Es algo que te lleva ya no solo a obtener mejor equipamiento, más dinero u objetos que te vengan bien para la batalla. También te lleva a desbloquear clases secundarias para ampliar las habilidades de tus personajes y seguir lanzando más y más capas de profundidad al combate. Y sí, también a descubrir las armas más poderosas del juego.
De hecho, en ese afán por ofrecer más, Octopath Traveler 2 se extiende más allá de la tierra de su mundo para que el jugador explore nuevas zonas inaccesibles al principio. Algo que amplía las posibilidades del juego y que resulta imprescindible para completar el verdadero final que, por suerte, esta vez no se esconde tras una secundaria.
Con todo lo que se hereda y todo lo que se añade, el Team Asano y Acquire han conseguido que Octopath Traveler 2 sea una declaración de intenciones. La serie ha llegado para quedarse, y no se corta a la hora de refinar sus ideas y conceptos, como tampoco a la hora de explorar nuevas formas de crecer y ofrecer más al jugador.
Es un RPG repleto de contenido, con una historia llena de sorpresas, un sistema de combate realmente adictivo y un apartado audiovisual brillante. Pero no se libra del lastre de un ritmo inicial pesado y de un desarrollo argumental en el que se sigue echando en falta una verdadera sensación de equipo.
Aun así, es un indispensable del género en el catálogo de Nintendo Switch. Un título que avanza poco, pero lo suficiente para ampliarse enormemente y enganchar a cualquiera que disfrute con un buen RPG clásico.
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