Análisis de Super Mario 3D World + Bowser's Fury para Nintendo Switch, uno de los juegos mejor llevados de Wii U a la consola híbrida.
Hay pocos juegos que reflejen tan bien la transición, evolución y espíritu de Nintendo como Super Mario 3D World + Bowser’s Fury. El juego necesitaba una segunda oportunidad tras su estreno en la difunta Wii U, y es que la mayoría de títulos que Nintendo lanzó en esta consola eran verdaderas joyas. Hoy os vamos a contar nuestro análisis de Super Mario 3D World + Bowser’s Fury en Nintendo Switch, cómo Nintendo ha convertido uno de sus ports en su versión más Deluxe sin siquiera serlo.
Tenemos que aclarar que, nada más comenzar el juego, se nos da la opción de iniciar Bowser’s Fury o Super Mario 3D World, pero puesto que Nintendo no permite comprar el juego por separado en Switch, su análisis será conjunto.
Es una noche tranquila en el Reino Champiñón, con Luigi, Mario, Peach y Toad dando un paseo en las cercanías del castillo de la princesa. La paz se interrumpe cuando aparece Bowser de una tubería transparente y secuestra un misterioso hada de color verde. Podrían haberlo dejado pasar y aquí no habría ocurrido nada, pero Mario y sus amigos quieren parar los pies al rey de los Koopa y terminan en el nuevo mundo de Super Mario 3D World, uno donde hasta cuatro jugadores pueden superar niveles en tres dimensiones de Super Mario, aunque con un estilo cercano a la saga New Super Mario Bros.
Como en todos los juegos de Super Mario tradicionales, deberemos ir superando niveles consiguiendo estrellas para desbloquear los siguientes, llegar hasta Bowser y derrotarle. Nada nuevo bajo el sol aunque en esta ocasión, Nintendo libera a la princesa Peach de su papel como doncella secuestrada para ser un personaje controlable más. Y no solo ella. Luigi, tras 15 años esperando aparecer como segundo jugador en un juego de Super Mario en tres dimensiones, no solo lo consigue, si no que puede hasta ser el primero.
La impresión inicial que deja el juego es la de ser muy accesible para todo tipo de jugadores. El paso de las dos a las tres dimensiones podría hacerlo menos amigable para los jugadores que siempre han jugado los juegos más simples del fontanero, y Nintendo tuvo un cuidado extremo para que las sensaciones al jugarlo fueran las mismas que con la saga New Super Mario Bros.
Sin duda es uno de los juegos que mejor aprovechan el modo multijugador de Nintendo Switch, pudiendo compartir JoyCons con un segundo, tercero y cuarto jugador y unirse a la partida en cualquier momento. Nos parece un título genial para disfrutar en compañía, verdaderamente único en todo el catálogo de la consola.
Pero aquí hay algo más; un “+” que añade la aventura Bowser’s Fury a lo que ya conocíamos de Wii U, y que poco o nada tiene que ver con lo que encontramos en Super Mario 3D World. Mientras uno nos muestra la cara más feliz y amable de Nintendo y Super Mario, Bowser’s Fury es todo lo contrario, con un Bowser como nunca antes lo habíamos visto, en un mundo enorme, mucho más grande que lo que encontramos incluso en Super Mario Odyssey. A pesar de tener capacidades multijugador, está claramente enfocado a disfrutarse en solitario.
Como veis, esto parece el choque de dos mundos, que nos muestran las caras que Nintendo ha tenido a lo largo de su historia: el enfoque más tradicional de GameCube o Nintendo 64, al lado de la experimentación para encontrar un “océano azul” de jugadores durante la etapa de Wii y Wii U. Así que estamos seguros que, al menos, uno de los dos juegos os gustará.
Todos sabemos que Nintendo, durante los últimos años, no le ha dedicado una gran importancia a la potencia de sus consolas, y Super Mario se adaptó a ello con estilos gráficos coloridos, vistosos, con mucho volumen y pocos polígonos, creándose así una nueva identidad tras su paso a las tres dimensiones.
Super Mario 3D World sigue este particular estilo cuya paleta de colores relacionamos inmediatamente con los juegos del fontanero. Esta muy bien que Nintendo haya sido tan certera con el estilo que quería dar a los juegos de Super Mario de los últimos tiempos, ya que, actualmente, sigue siendo muy reconocible para todo el mundo. Los creadores de Super Mario 3D World querían que este fuera el juego del fontanero más “kawai” de toda su historia, y el traje de gato, sin duda el emblema de 3D World, es la mejor prueba del tipo visual de juego que querían hacer.
Todos los niveles son muy brillantes, saturados y que permiten que se diferencien todos los elementos claramente. Esto es vital, especialmente en el modo multijugador, ya que la cámara es automática e intenta alejarse mucho para cubrir el mayor rango de personajes posible. Precisamente la cámara, y a pesar de los notables esfuerzos de Nintendo porque funcione correctamente, nos ha dado bastantes problemas en modo multijugador, especialmente en los más avanzados y complejos, dejando a alguno de los dos jugadores vendidos, o incluso a los dos.
La potencia de Nintendo Switch y la gran optimización del juego, han permitido que se aumente la resolución nativa de ejecución, que en Wii U era de 720p. Esto permite que veamos mucho más nítidos algunos elementos en pantalla, y en juego de estas características lo agradecemos. Los sombreados, cuya calidad descendía en modo multijugador, ahora se mantiene igual sin importar el número de jugadores activos en la partida, siendo representaciones fieles de los modelos de los personajes.
Estas mejoras no han repercutido en el estable rendimiento que caracterizaba el juego, y sigue manteniéndose en las 60 imágenes por segundo constantes sin ningún tipo de problema. Salta a la vista que es un juego 3D mucho más modesto que lo que fue, por ejemplo, Super Mario Odyssey, con menos animaciones de los personajes y menor calidad en las texturas. Detalles que le perdonamos por la posición de la cámara habitual tan alejada de los personajes.
También es uno de los juegos de Mario con entornos más variados y particulares. Es normal, con más de 60 fases, algo de innovación tenía que llegar a Super Mario, aunque Nintendo decidió elegir estilos artísticos muy particulares y especiales, como escenarios oníricos con colores oscuros pero brillantes o incluso un mundo basado en un casino, o algo parecido.
Se nota que toda la energía la depositaron en el excepcional diseño de los niveles, porque los personajes y nuevos enemigos están bastante faltos de carisma. Las hadas que tenemos que rescatar tienen un diseño simplón, cercano al de los Toad y que olvidaremos fácilmente. Una vez más, Nintendo dando de lado aspectos secundarios del juego en favor de la jugabilidad.
Vamos con la otra cara de la moneda: Bowser’s Fury es la bestia técnica que pone a Nintendo Switch a sudar como pocos juegos lo hacen, y no especialmente por una gran calidad en las texturas o por cantidad de elementos en pantalla. Lo hace por las dimensiones del propio mundo, del Bowser gigante que aparece de forma periódica, además de su propia interacción con el entorno.
En un abrir y cerrar de ojos pasaremos del tranquilo mundo del Mar de los Zarpazos, a una versión oscura con viento, agua y elementos móviles. Esto, junto al gran Bowser lanzando rayos con geniales efectos de iluminación, hacen que el espectáculo visual sea impactante para ser un juego de Nintendo Switch, y puede que este sea el motivo de las lastras técnicas que tiene Bowser’s Fury.
Su rendimiento en televisión varía entre 50 y 60 imágenes por segundo, fijas en ambos números. No se nota especialmente aunque sí que percibimos una fluidez diferente a la de 3D World. En portátil el rendimiento del juego baja hasta las 30 imágenes por segundo, cayendo incluso por debajo en momentos puntuales. El motivo es el gasto de batería que supondría mantener la fluidez de la versión de televisión. En la práctica te acostumbras rápido a este cambio en el rendimiento. No es lo ideal pero al menos no llegamos a considerarlo un punto negativo.
El diseño artístico de Bowser’s Fury también es muy especial, aunque de una forma distinta a 3D World. Si os fijáis en el arte principal del juego, se respira una atmósfera diferente a la de otros juegos de Mario, y es que en parte parece una prueba de cómo podría ser un mundo abierto basado en su franquicia.
Lo mejor de Super Mario 3D World y del propio Bowser’s Fury es la música, canciones que pasaron y pasarán a la historia y que encajan perfectamente con la saga Super Mario. Clásicos instantáneos que deberían hacer que Nintendo se enorgullezca de sus músicos y compositores, con Mahito Yokota y Koji Kondo al frente.
Ojalá en todos los juegos de Nintendo tuvieran la misma dedicación con el apartado sonoro como en 3D World.
Es difícil tocar todos los palos y Nintendo quiso hacerlo con Super Mario 3D World. El equilibrio entre ofrecer algo accesible para todo tipo de jugadores y que satisfaga a los más exigentes era complicado de conseguir, pero al menos se intentó.
En su mayoría, Super Mario 3D World está construido con niveles sencillos, llevando de forma excelente los niveles en dos dimensiones tradicionales a las tres dimensiones. La parte más complicada de las fases es conseguir las estrellas verdes, pequeños desafíos incrustados en cada nivel, aun así no siendo excesivamente difíciles.
Las facilidades están ahí por si el jugador quiere utilizarlas: además de mover a Mario y compañía con el stick, tendremos una amplia variedad de movimientos para hacer el juego más dinámico, con el enorme lastre de que está restringido a ocho direcciones. Entendemos que esto se hizo para facilitar el desplazamiento en los jugadores noveles, al ser la cámara prácticamente estática o en posiciones fijas. En la práctica y para los jugadores acostumbrados a los juegos de Mario en tres dimensiones, es algo incómodo, que hace que el control se sienta ortopédico.
Para contrarrestarlo y hacerlo un poco más fluido, se ha aumentado considerablemente la velocidad de todos los personajes, siendo también más complicado a su vez el control. El deslizamiento de Luigi es exagerado, y la inercia de Toad hace que hasta los jugadores experimentados tengan problemas para manejarlo.
¿Era un cambio necesario? Sí. ¿Se ha hecho correctamente? No estamos seguros. Nos recuerda a cómo se aplicó la velocidad de 200cc en Mario Kart 8, y que más tarde se corrigió en su versión Deluxe. Aún así, la situación ha mejorado respecto a Super Mario 3D World de Wii U.
Tiene un genial diseño de niveles, intentando sorprender siempre al jugador con nuevas mecánicas y enemigos. Esto es, a la vez, algo bueno y algo malo, ya que tampoco profundiza mucho en ninguna de las mecánicas quedándose en cosas simples y sencillas. Porque 3D World es un juego muy sencillo, para bien y para mal.
El puntero, que en Wii U era de uso exclusivo para el jugador del Gamepad, ahora puede ser utilizado por cualquiera, una poderosa herramienta que creemos, facilita aún más el juego, pudiendo recoger monedas, paralizar enemigos, mover plataformas e incluso superar desafíos con él.
Si hay algún problema con la jugabilidad de Super Mario 3D World es su curva de dificultad, prácticamente plana durante la aventura y con picos enormes en su recta final, muchos de ellos debido al propio sistema de control y movimiento de los personajes.
Pero Bowser’s Fury ha llegado para solventar esta situación, dándonos el control en 360 grados que debería de haber llegado a 3D World. Esta expansión es algo totalmente separado del juego principal, de hecho aparece como una selección en el menú, como si se tratara de un juego diferente. Y realmente lo es, por este motivo creemos que el análisis de Super Mario 3D World y Bowser’s Fury en Switch debería estar bien diferenciado.
Bowser’s Fury cuenta la historia de cómo Bowser se transforma en un gigante oscuro, y Bowsy quiere que vuelva a su forma normal. La manera de hacerlo será recuperar Soles Felinos, escondidos por el enorme mundo del juego. Es curioso cómo se han llevado las bases jugables de 3D World a un juego totalmente diferente, que nos hace pensar lo bien que habría estado aplicar lo aprendido al título base.
Se irán desbloqueando islas y trozos del mapa a medida que obtengamos Soles Felinos, permitiéndonos cada vez más movilidad por su enorme mundo. Aunque hemos tenido ya nuestra ración de sandbox de Super Mario con Odyssey, esto es algo diferente, como incorporando a un mundo abierto de Mario niveles clásicos en 3D. La fórmula funciona. Es divertido y variado, aunque se nota que no es más que una prueba que Nintendo ha realizado incorporándolo a un juego que no encaja del todo con ello. De ahí el “más” en el título, diferenciando bien ambos juegos.
Quizá por eso es breve pero intenso: en 3 horas podremos haber superado la aventura principal, mientras que conseguirlo todo al 100% nos llevará otras 3. Este pack, os recordamos, incluía Super Mario 3D World, un juego enorme que superaba las 15 horas yendo al grano, y que para los coleccionista era un caramelo que daba entre 35 y 40 horas de juego.
Los años pasan. Unas cosas llegan y otras se van, y la versión para Nintendo Swich de Super Mario 3D World elimina algunas cosas de la versión de Wii U. Ya no habrá comentarios de Miiverse como es evidente, y tampoco corredores Mii para batir los récords de los niveles.
A cambio tenemos, por primera vez, modo multijugador en línea con hasta cuatro amigos en modo cooperativo durante la historia principal. Antes solo podíamos jugar con amigos en la misma consola, pero ahora será posible hacerlo sin estar todos reunidos.
Tras jugar bastantes partidas y con conexión inalámbrica, hemos visto que su funcionamiento es notable, prácticamente sin diferencia con el modo local. Entended que la experiencia de juego dependerá en gran parte de la calidad de la conexión de todos los jugadores. De esta forma, un jugador puede pedir ayuda a otros a través de internet para que le ayuden a completar niveles. Así sí nos gusta que Nintendo lleve el online a sus juegos.
Las figuras amiibo serán compatibles, tanto con Super Mario 3D World dándonos vidas y estrellas, como en Bowser’s Fury pudiendo invocar a Bowser u obtener Power-Ups. Más facilidades, por si el juego os resultaba complicado.
Una de las cosas que más nos ha gustado y que valoramos muy positivamente en este análisis del juego en Switch, es que puede ser disfrutado enteramente por al menos dos jugadores, tanto Super Mario 3D World como Bowser’s Fury. No de la misma forma, siendo en la aventura de Bowsy algo mucho más secundario, pero al menos hace que un segundo jugador se implique de una forma más profunda que en otros juegos de Mario. Incluso los niveles especiales de puzzles con el Capitán Toad tienen un rediseño para que puedan ser jugados por un segundo jugador.
Se estrena también un modo foto calcado al de Super Mario Odyssey, con menor libertad de movimiento y en general peor llevado, pero que permite utilizar las estampas que conseguimos durante la aventura para decorar los escenarios. Creemos que en Bowser’s Fury es donde se saca más potencial a esta herramienta artística.
En general es un juego para ir despacio, disfrutar de los niveles y relajarse lejos de la acción de otras alternativas en Super Mario.
No es nuestro juego favorito de Super Mario en 3D, pero hemos de reconocer que Super Mario 3D World en Nintendo Switch ofrece de todo y es muy difícil que no satisfaga a cualquier tipo de jugador.
La curva de dificultad nos resulta excesivamente lenta, con picos finales desproporcionados respecto a la aventura principal. Por suerte el excelente diseño de niveles y el encanto de Super Mario consiguen paliar estos desperfectos.
Bowser’s Fury nos ha parecido una aventura alucinante, breve pero muy intensa, que nos propone cosas en el mundo de Super Mario totalmente nuevas, y que nos han encantado. Esperamos que este sea el futuro de Super Mario en tres dimensiones.
Desde luego es uno de los juegos de Wii U que mejor han llegado a Nintendo Switch, tanto por sus mejoras en el terreno online como por lo bien que se ha optimizado la aventura original, además de las bondades que ofrecen sus extras. Creemos que los jugadores menos experimentados o que quieran jugarlo en compañía lo encontrarán especialmente atractivo.
Si os ha gustado el análisis de Super Mario 3D World + Bowser’s Fury para Nintendo Switch no olvidéis pasaros por LA LISTA completa en la web.